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La Productividad del trabajo y su influencia en el nivel de empleo (página 2)



Partes: 1, 2

 

Productividad en términos de empleados es
sinónimo de rendimiento. En un enfoque sistemático
decimos que algo o alguien es productivo cuando con una cantidad
de recursos
(Insumos) en un periodo de tiempo
dado se obtiene el máximo de
productos. La productividad en
las máquinas y
equipos está dada como parte de sus características
técnicas. No así con el recurso
humano o los trabajadores.

Bajo que ley se desarrolla
este proceso, pues
la ley de transformación de los cambios cualitativos en
cuantitativos, ahora, como toda ley económica la ley del
crecimiento de la productividad del trabajo

Los empresarios pretenden mejorar la productividad entre
otras cosas, incrementando las remuneraciones de
los trabajadores, bajo el concepto "te pago
más para que produzcas más"; sin embargo, ha
quedado demostrado en diferentes investigaciones
que el efecto del incremento de remuneraciones no necesariamente
eleva la productividad. Las necesidades de nivel bajo, el sueldo
entre ellos, quedan satisfechas rápidamente, y una vez que
están satisfechas, la única manera de motivarla es
ofrecer más de lo mismo. Por lo tanto, se convierte en un
círculo vicioso interminable.

Sin embargo, y parece que por primera vez en la historia del capitalismo,
el crecimiento de la producción no se acopla a la
creación de empleo, sino
todo lo contrario: el crecimiento actual es destructor neto de
empleo.

Durante la década de los años setenta, se
evidenciaron los límites
del modelo de
desarrollo
fordista que sostuvo un largo período de desarrollo
económico. Al nivel de la producción, ya no se
conseguían alcanzar nuevos incrementos de productividad
pues se había llegado al máximo de la
división de trabajo permitida por el modelo de
producción y de organización que se
tenía.

Además, este modelo se presentó altamente
conflictivo en el ámbito laboral,
dificultando todavía más la consecución de
aumentos en la productividad del trabajo. El consumo en
masa también entró en crisis.
Durante el período de crecimiento fordista, el consumo en
masa sostuvo en el ámbito de la circulación el
modelo de producción en masa, haciendo acompañar a
los aumentos salariales con el incremento de
productividad.

La fórmula para la creación de empleo no
estriba en la reducción de la jornada laboral pues la
relación entre ambos términos es sumamente
incierta. No se niega que la reducción de jornada puede
tener efectos positivos sobre el nivel de empleo. Pero
considerada en puros términos aritméticos es
problemático asegurar que va a producirse el efecto
pretendido de forma general. La defensa de los puestos de trabajo
existentes, la oposición organizada a los procesos de
destrucción de capacidad productiva (cada vez que se
anuncia una fusión de
grandes empresas se
acompaña la noticia con la de los beneficios esperados y
la reducción masiva de empleo), y la exigencia de un
modelo económico que atienda y satisfaga las necesidades
sociales básicas son estrategias
más eficaces cara al empleo que la reducción de la
jornada de trabajo.

Pero junto a estas reticencias debe dejarse constancia
de que la reducción de la jornada constituye una mejora
real en las condiciones de trabajo. Es una reivindicación
histórica de la clase obrera y
se inscribe en un contexto amplio de transformación del
modelo social.

Efectivamente, la organización de la
producción
es un proceso que varía de modo
significativo de una empresa a
otra y que, incluso dentro de la misma empresa, ofrece
alternativas diversas: distribuciones distintas de la fuerza de
trabajo, horarios, turnos, estacionalidad, etc. Supuestos estos
datos, es de
esperar que las empresas reaccionarán de modos muy
diferentes en el caso de que se imponga por ley la
reducción de la jornada de trabajo. Algunas pueden
aprovechar la circunstancia para reorganizar la distribución de los trabajadores entre las
diversas tareas y períodos a lo largo del año, de
modo que obtengan realmente aumentos de productividad (para los
trabajadores se traduciría en una intensificación
del trabajo) sin realizar nuevos contratos.

Si se analiza el carácter de los avances
tecnológicos aplicados a la producción, se
descubrirá cómo los más significativos
tienen como finalidad el ahorro de mano
de obra (o de materias primas o intermedias, que al final
resultan en ahorro de mano de obra). Muchas menos veces
significan mejoras en el producto o en
las condiciones de trabajo.

El aumento de la productividad del trabajo que
representa la presencia de la máquina, que es capaz de
multiplicar por 100 o por 200 la productividad del trabajo del
obrero, hace que el obrero quede supeditado al capitalista. La
máquina como tal debe aliviar el trabajo del
obrero y contribuir a elevar su nivel de vida, pero en el
capitalismo la máquina aumenta la intensidad del trabajo,
permite el empleo de mujeres y niños a
quienes paga salarios
más bajos

Es necesario transformar la
organización técnica del trabajo y las
relaciones sociales de trabajo, con el afán de conseguir
tres objetivos:

  1. incrementar el tiempo de
    utilización de las máquinas, ya que no se utiliza
    la totalidad de los medios de
    producción ni tampoco funcionan a tiempo completo
    aquellos medios que se utilizan. Ésta es una fuente de
    productividad que no necesita de nueva inmovilización de
    capital, lo
    que es una ventaja en un contexto como el actual, donde hay
    escasez de
    ahorros disponibles;
  2. flexibilizar el uso de las máquinas para
    adaptar la producción a las necesidades sociales y poner
    el aparato productivo al servicio del
    hombre, al
    contrario de lo que ocurre con el sistema
    capitalista;
  3. romper la sucesión actual de los ciclos de
    vida. Cada miembro de la sociedad se
    ve obligado a concentrar su tiempo de formación al
    principio de su vida y posponer sus proyectos
    personales para el final, después de un período
    totalmente dedicado a la producción de riquezas de las
    que no habrá podido disfrutar. Pero ésta no es
    una necesidad biológica, sino social, propia del modo
    capitalista de producir. Es preferible, sin embargo, alternar
    constantemente estos períodos durante toda la vida. La
    formación inicial es cualitativamente mejor cuanto
    más vínculos tenga con la práctica
    laboral; el trabajo es más productivo y requiere, pues,
    menos esfuerzos cuanto más se relaciona con actividades
    diversas no directamente productivas; la jubilación no
    tiene por qué ser una separación con el mundo de
    la empresa, ya
    que la experiencia acumulada es cuando más y mejor se
    puede transmitir, haciendo del trabajador de esa edad un
    pedagogo incomparable. Es una solución posible al
    incremento del tiempo de utilización de las
    máquinas, ya que siempre habrá alguien cuyo
    tiempo de trabajo coincida con el tiempo de la máquina.
    Trabajadores más autónomos serán
    trabajadores más responsables y mejor preparados, lo que
    trae dos consecuencias: un aumento de productividad y la
    capacidad para participar en la gestión democratizada de la empresa y de
    la sociedad.

El nivel de progreso de la ciencia y
de sus aplicaciones determinará la necesidad de que el
trabajador pueda efectuar más operaciones que
la aplicación del desarrollo científico y
técnico implique.

LA TECNOLOGÍA COMO CAUSA DEL
DESEMPLEO

Hemos entrado ya en una nueva era de la historia,
caracterizada por una revolución
tecnológica sin precedentes tanto por la rapidez con que
se producen las innovaciones como, sobre todo, por la rapidez con
que estas se difunden en los procesos productivos de bienes y
servicios.

Por tanto, el desempleo
tecnológico no es un fenómeno "sobrevenido" sino el
resultado de un camino tecnológico concreto y
pretendido.

La tecnología aumenta la
productividad y destruye empleo

"La maquinaria, al hacer inútil la fuerza de
músculo, permite emplear obreros sin fuerza muscular o
sin desarrollo físico completo, que posean, en cambio, una
gran flexibilidad en sus miembros. El trabajo de la mujer y
el niño, fue por tanto, el primer grito de la
aplicación capitalista de la maquinaria. El sistema
automático va desplazando progresivamente el talento del
obrero." Marx, Carlos.
El capital. t ? 1. pag. 347

En todas las empresas en que se introducen nuevas
técnicas se requiere de obreros especializados, o en su
defecto, es necesario recalificarlos. De esta forma la
calificación deviene en un factor importante para la
elevación de la productividad y la eficiencia de la
producción, lo cual en última instancia, garantiza
la obtención de jugosas ganancias. Es precisamente, esto
lo que crea la necesidad de elevar la calificación de los
trabajadores.

En realidad, hoy día, el
conocimiento no es sinónimo de profesionalismo, sino
un requisito que debe cumplir la mayoría de los
trabajadores para poder entrar
en el mercado laboral,
ya que la ciencia y la
tecnología se emplean directamente en la
producción.

Los adelantos y los cambios antes expuestos en la
explotación de la fuerza de trabajo han motivado algunas
variaciones importantes en la contratación de esta, siendo
algunas de sus manifestaciones más importantes, los
contratos de trabajo para "semanas concentradas" p para realizar
trabajos extras, lo cual conduce directamente a la
producción de plusvalía absoluta.

Sin embargo, lo más importante en este frente, a
nuestro modo de ver, es el auge del "empleo a domicilio" para
labores relacionadas, de una u otra forma, con la informática. En este tipo de empleo se
eleva considerablemente la productividad del trabajo, se reducen
los gastos y se
opera, por regla general, una prolongación de la jornada
laboral, ya que el contratado (que no trabaja por horas),
está interesado en acortar los plazos de trabajo para
tratar de obtener lo más rápidamente posible un
nuevo contrato.

Por todo esto (sumado al hecho de que los salarios de
los empleados a domicilio son realmente más bajos y que
los mismos no gozan de todos los derechos de los trabajadores
empleados en las empresas por no estar sindicalizados), los
trabajadores con empleo a domicilio son altamente explotados. Es
por ello que los capitalistas no solo utilizan en la actualidad
esta forma de empleo, sino que la misma acusa una marcada
tendencia a la difusión. La vía "obligada" que
conduce al capitalismo a la alta ganancia es el perfeccionamiento
de la producción lo que, en condiciones actuales,
significa avanzar hacia la automatización. En estas condiciones, como
nunca en la historia del capitalismo, "en su forma de
máquina, como señala Carlos Marx, el
instrumento de trabajo se convierte en seguida en competidor del
propio obrero"

Básicamente y dicho de forma breve: porque la
clase empresarial "redescubre" los beneficios que el desempleo
masivo comporta para desvalorizar la fuerza de
trabajo.

Los progresos de la técnica, por un lado, exigen
que se disminuya el número de obreros adultos empleados
para alcanzar un cierto resultado, sino que sustituya a una clase
de individuos por otra menos diestra, a los adultos por
niños y a los hombres por mujeres. Todos estos cambios
determinan constantes fluctuaciones en el nivel de los salarios.
Como resultado de los cambios operados en la base técnica
del capitalismo, en el contexto de la actual revolución
tecnológica se ha acelerado de forma inusual el
envejecimiento de la técnica. En estrecha relación
con esto se encuentra el incremento en flecha del valor de los
medios de producción, lo que trae consigo el alza del
valor de estos.

Como es de suponer, la fuerza de trabajo no ha estado ajena a
los cambios tecnológicos, a la robotización, al
CIM, etc. En la etapa actual el auge del progreso
científico ? técnico ha influido de forma decisiva
en la posibilidad de empleo, en la estructura,
escolaridad y el valor de la fuerza de trabajo. Lo primero que
debemos destacar respecto a lo anterior es que en la etapa actual
se consolidó un fenómeno surgido coincidentemente
con la RCT: el desempleo crónico.

Milton Friedman reviste el hallazgo bajo el concepto de
"tasa natural de paro",
más allá de la cual los salarios y la
inflación se disparan sin límite. Marx lo
había bautizado mucho antes como "ejército
industrial de reserva". En definitiva, el camino
tecnológico no sólo tiene como objetivo el
ahorro de la mano de obra sino que facilita el abaratamiento
unitario del contrato gracias a la reconstrucción del
"ejército industrial de reserva" tras el período de
pleno empleo.

Cuando la innovación no se traduce en un producto
nuevo sino que consiste en la introducción de mejoras en el proceso de
fabricación de un producto ya existente con anterioridad,
estamos ante una innovación de proceso.

El objetivo último de esta clase de
innovación es el aumento de la productividad del trabajo,
es decir, la extracción de mayor cantidad de producto por
unidad de tiempo de trabajo. Puede conseguirse mediante la
incorporación al proceso productivo de maquinaria
tecnológicamente más avanzada o mediante una nueva
organización del trabajo (métodos,
tiempos, etc.) o mediante ambas simultáneamente. En el
primer caso (renovación de maquinaria) tomando la economía en su
conjunto, puede hablarse de creación de puestos de trabajo
para fabricar las nuevas máquinas. En el segundo (cambio
de organización), para que no se pierdan puestos de
trabajo, es necesario que el crecimiento de la producción
manifieste un ritmo más rápido que el crecimiento
de la productividad.

Una alternativa teórica para conservar el
número de empleos o aumentarlo, es la disminución
de la jornada de trabajo. Si esta alternativa teórica
quiere convertirse en estrategia
sindical debe ir acompañada del análisis y control de la
reacción previsible de las empresas para que se traduzca
en creación de empleo en condiciones aceptables y no en
una precarización de las condiciones existentes para los
viejos y nuevos contratos.

El progreso científico técnico es similar
a otros fenómenos sociales y se desarrolla de acuerdo a
una ley de la dialéctica; la ley de la
transformación de los cambios cuantitativos en
cualitativos. Los cambios paulatinos y cuantitativos en la
ciencia y la técnica de la producción, o dicho de
otra manera, la forma evolutiva del progreso científico
técnico, se tornan en cambios revolucionarios,
rápidos y dinámicos.

¿Qué repercusión sobre el empleo y
sobre los modos de vida tiene el progreso tecnológico? Los
resultados de la reconfiguración de los sistemas de
producción, en términos de empleo, son
devastadores. En EE.UU. el número de empleos suprimidos
durante los pasados años es impresionante: AT&T,
83.000; Nynex, 22.000; Hughes, 21.000; GTE, 17.000; Eastman
Kodak, 14.000; BellSouth, 20.000; Xerox, 10.000; US West,
9.000.

Primero: los aumentos de producción
derivados del aumento de productividad, que en la época
anterior generaban empleos en otros sectores (suministros,
transporte,
distribución, administración…), lo hacen ahora de forma
escasa porque también en los citados sectores auxiliares
se han dado procesos de automatización y
robotización sustitutivos de mano de obra (computadoras,
cintas transportadoras, distribución sin almacenamiento,
etc.). Segundo: en muchos casos la demanda parece
incapaz de absorber toda la producción potencial si
se utiliza la misma cantidad de horas de trabajo. Por tanto si no
se quiere acumular stocks (producción no vendida) y
no hay reducción de jornada laboral, las empresas proceden
a diversas formas de ajuste de plantillas: despidos, jubilaciones
anticipadas voluntarias o involuntarias, "vacaciones temporales"
sin sueldo, trabajo a tiempo parcial… El caso extremo es el
cierre de factorías o empresas por exceso de capacidad
conjunta del sector en el espacio económico de referencia
(siderurgia, astilleros, en determinados países de la
Unión
Europea).

Obviamente, el efecto de la informática en las
condiciones del capitalismo es contradictorio: no solo conduce a
un incremento del desempleo, sino que también genera
nuevas fuentes y
tipos de empleos.

La
automatización

La marcha de la economía en los países
industrializados no hace más que empeorar la
situación del empleo y de los trabajadores, por cuanto esa
continua introducción de supuestas mejoras
tecnológicas se traduce en términos netos en
destrucción de puestos de trabajo, o en degradación
de las condiciones de empleo. Por supuesto, que se crea empleo
pero menos del que se destruye.
Estudios
empíricos relativos a la relación entre
tecnología y empleo, detectan, además, una
polarización extrema entre los empleos creados. Empleos de
alta calificación por una parte, relacionados con lo que
se conoce como "industria del
conocimiento",
y empleos no cualificados (limpieza, servicio doméstico,
guardias de seguridad,
camareros, cajeras, vendedores…) en condiciones de temporalidad
y precariedad extremas.

La aplicación de esta maravillosa
tecnología (en un régimen donde la técnica
no se aplica para el beneficio directo de la mayoría, los
trabajadores, sino para la minoría, los capitalistas) se
convierte, lamentablemente, en sinónimo de desempleo. Sin
embargo para los capitalistas su difusión puede traducirse
en economía del capital dedicado a la compra de fuerza de
trabajo, reducción de los conflictos
laborales, aumento de de la productividad del trabajo, más
amplia realización de la producción,
obtención de elevada ganancia y consolidación de
las posiciones del mercado.

"La causa del desempleo actual radica en el
rápido y continuo avance tecnológico que se
extiende a todos los sectores y actividades de la
economía".

Esta podría ser la tesis central
de la interpretación tecnológica del
desempleo. ¿Es suficiente? ¿Cómo se plantea
entonces el reto del trabajo? Es cierto que hay un componente
tecnológico en el desempleo actual. Pero deducir a partir
de esta constatación que la causa global o
principal del desempleo en la sociedad actual es el progreso
tecnológico, como parecen hacer muchos analistas, es
olvidar las condiciones en que la tecnología se genera y
se difunde en la economía capitalista. Efectivamente, la
relación causal directa entre tecnología y paro
supone que los parámetros de producción y
número de horas de trabajo por persona son fijos
y que la aplicación de nuevas
tecnologías produce aumentos de productividad.
Lógicamente estos aumentos de productividad conducen, con
los parámetros dados, al despido de
trabajadores.

El nuevo sistema económico incrementa la parte
del capital constante y los procesos de información y reduce la del trabajo que
ahorran una considerable fuerza de trabajo, lo que permite
reducir los trabajadores permanentes.

Conclusiones

Algunas ideas para concluir:

De poco serviría una reducción de jornada
en un contexto de elevado desempleo y consumismo alienador como
vía para levar la producción.

En las condiciones del capitalismo el desarrollo
científico técnico, en su aplicación a nivel
social trae consigo mayor explotación, incremento del
desempleo, agudización de la contradicción entre el
trabajo y el capital creando serias dificultades para la reproducción de la fuerza de trabajo. Tales
son las condiciones lógicas del desarrollo de las fuerzas
productivas en dicho régimen de
producción.

El conocimiento tecnológico se ha convertido en
fuente de progreso económico y de productividad, ya que
los modos de incrementar la producción definen, en cada
momento, la estructura y dinámica del sistema
económico.

La tecnología ha hecho posible la
globalización de la sociedad y la información
transformándose esta, en el eje promotor de cambios
sociales, económicos y culturales, ha pasado a ser el
principal factor de productividad y el instrumento imprescindible
para la competitividad
y rentabilidad y
del progreso social. La sociedad actual no puede concebirse
más que a partir del desarrollo que el conocimiento ha
tenido durante estas últimas décadas. Se ha pasado
de la era industrial a la de la información.

El crecimiento y el desarrollo de una sociedad post
industrial, avanzada o tecnológica, es resultado de un
conjunto complejo de factores sociales y no sólo de la
acumulación de capital. La innovación, la creatividad,
el cambio dependen mucho más directamente que antes del
nivel de conocimientos.

La revolución tecnológica, centrada en
torno a las
tecnologías de la información, está
modificando la base material de la sociedad a un ritmo
acelerado.

Los avances tecnológicos no son algo que se
desarrolla en un laboratorio
siguiendo una dinámica investigadora independiente. Por el
contrario, en la mayor parte de los casos, se desarrollan y sobre
todo, se aplican avances tecnológicos "predeterminados"
por las grandes empresas.

 

 

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    Los impactos de las nuevas tecnologías sobre el
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    Trabajo y explotación de
    menores

 

Autora:

Lic. María Teresa Castro
Cárdenas

Matanzas/2006

Partes: 1, 2
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